Era jueves, veintitrés de mayo. Al principio era un jueves como todos los demás hasta que ocurrió algo extraño. mis amigos y yo estábamos jugando en los columpios, tranquilamente. Nuestros padres se fueron a una cafetería de al lado, pero se olvidaron totalmente de nosotros. Un instante después un fuerte huracán empezó a soplar. Los padres vinieron corriendo, pero ya era demasiado tarde, pues nosotros ya no estábamos en el parque. Los niños estábamos muertos de miedo pensando: -¿Qué es esto?¿A dónde nos llevará?¿Qué nos ocurrirá?
Estuvimos volando durante diez minutos hasta que el fuerte viento se tranquilizó. Aterrizamos en un extraño lugar, oscuro, siniestro, solitario. Empezamos a caminar, en silencio, sin hacer ruido. Al poco tiempo se escucharon pasos y sin saber qué hacer, nos escondimos. Vimos a una bruja lanzando hechizos para saber quienes se metieron en su propiedad.
Nosotros salimos corriendo intentando encontrar una salida pero la bruja ya nos había lanzado un hechizo para invovilizarnos. Nos adormecimos y para cuando nos despertamos estábamos encerrados en una habitación. Estuvimos intentando encontrar una salida hasta que se escucharon voces a lo lejos.
-Les daré mucho de comer para que engorden y nos los comamos con patatas.
-Bueno, eso si no descubren tu secreto.
-Esoso niñatos nunca descubrirán que si salgo de esta casa me desintegraré.
Nosotros estábamos escuchando y descubrimos y descubrimos el secreto de la bruja. Luego, con un clip que teníamos, abrimos la puerta y la bruja nos persiguió otra vez pero esta vez corría más lento que nosotros.
Salimos del portón de la casa y la bruja desapareció sin dejar ningún rostro. Nos encontramos con nuestros padres, nos preguntaron dónde estábamos y les contamos todo lo que paso. Desde ese día no hemos vuelto a ir al parque de Ayete y no nos ha ocurrido nada extraño.
FIN Ander García 5º D
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