Este es el cuento ganador del concurso de cuentos navideños que hemos hecho en 6ºB
Hau da 6B koen Gabonetako ipuin lehiaketako irabazlea.
Erase
una vez un niño huérfano que no sabía lo que era la Navidad. Vivía
en un orfanato, en la miseria y en la pobreza. Un día vinieron a
adoptarle unos padres. Era una familia muy rica. La mansión de sus
nuevos padres era demasiado grande para él. Allí al llegar al
salón, vio un gigantesco árbol con unas enormes bolas brillantes,
unas luces muy bonitas y en la copa del árbol una preciosa
estrella. ¿Qué era todo eso?¿Para qué servía? Esas preguntas le
invadían el cuerpo.
-¿Qué
es eso?-dijo señalando el árbol?-.
-Es
el árbol de navidad- informó el hermano- Cómo no lo puedes
conocer...
-Déjale
Harry, -dijo la madre- ha sido un indigente.
Nuestro
amigo se fue llorando a su habitación por el comentario de su nueva
madre. Se fue a rezar a Dios. Al dormir notó que una fuerte brisa le
golpeaba la cara. Estaba en un extraño trineo conducido por un
enorme gordinflón que vestía de rojo.
-Ahmed,
soy Papá Noél-.
-¿Cómo
sabes mi nombre?- preguntó extrañado Ahmed-.
-Lo
sé todo-respondió Papa Noel-.
-Si
lo sabes todo, ¿qué es la Navidad?-.
-La
Navidad es un periodo en el que nace Jesús-explicó Papa Noel-.
-¿Pero
no tendría que nacer un Jesús cada año?-preguntó Ahmed-.
-Es
una metáfora. Es algo simbólico que se siente en el corazón. Como
creíste en él, yo te daré la felicidad- dijo Papa Noel mientras
miraba a Rudolph, el reno-.
Ahmed
se asomó al borde del trineo y divisó miles de monumentos:
pirámides, torres de hierro, torres con un reloj. Incluso una
muralla larguísima.. Hacía demasiado frío. ¡Estaba en el Polo
Norte! Entre la espesa niebla se distinguía una hermosa y enorme
fábrica donde se creaba el humo.
-Señor
Noel, ¿por qué esa fábrica suelta humo?-preguntó Ahmed-.
-Es
para que nadie la conozca, allí es donde hago los regalos para los
niños que han sido buenos este año. Mis queridos elfos trabajan sin
parar.
El
trineo aterrizó a los pies de la fábrica y al entrar y ver todos
los elfos, Ahmed se asustó.
-¿No
es un duro trabajo?-preguntó Ahmed-.
-Todos.
Trabajan por la sonrisa de un niño. Tú incluso tienes un elfo.
¿Quieres que te lo enseñe?-preguntó Papa Noel-.
Todo
era nuevo para Ahmed, se le encogió el corazón al ver una
habitación de elfos enfermos.
-¿Y
esos?-preguntó el chico-.
-Son
los elfos de los que no tienen nada- informó con un soplido-.
Sienten
lo mismo que la persona a la que representan y por ello, no consiguen
trabajar
Al
final, consiguió ver a su elfo, pero estaba triste.
-¿Por
qué mi elfo está triste?- preguntó angustiado Ahmed-.
-Como
he dicho, siente lo mismo que tú-explicó Papa Noel-.
-Tiene
razón señor. ¡Quiero volver a mi casa y ser feliz!
-Tienes
que hacer lo mismo para volver. Seguir a tu corazón- dijo Papa
Noel-.
Ahmed
sintió un cosquilleo en su pecho. Despertó y gritó:
-¡AAAAAAAHHH!
-¿Qué
pasa hijo mío?- escuchó a su madre- Creo que Santa Claus te ha
traído algo.
- Papa Noel- susurró Ahmed
Corrió
al salón y vio debajo del árbol su regalo. Lo desenvolvió y vio un
coche y una tarjeta en la que ponía:
“No
todo es un sueño y que aproveche el desayuno."
Papa
Noel.
PD:
Tu elfo al fin sonríe.”
Iñigo Fernández & Jon Díaz de Otalora
No hay comentarios:
Publicar un comentario