miércoles, 19 de diciembre de 2012

Este es el cuento ganador del concurso de cuentos navideños que hemos hecho en 6ºB
Hau da 6B koen Gabonetako ipuin lehiaketako irabazlea.





Erase una vez un niño huérfano que no sabía lo que era la Navidad. Vivía en un orfanato, en la miseria y en la pobreza. Un día vinieron a adoptarle unos padres. Era una familia muy rica. La mansión de sus nuevos padres era demasiado grande para él. Allí al llegar al salón, vio un gigantesco árbol con unas enormes bolas brillantes, unas luces muy bonitas y en la copa del árbol una preciosa estrella. ¿Qué era todo eso?¿Para qué servía? Esas preguntas le invadían el cuerpo.

-¿Qué es eso?-dijo señalando el árbol?-.

-Es el árbol de navidad- informó el hermano- Cómo no lo puedes conocer...

-Déjale Harry, -dijo la madre- ha sido un indigente.

Nuestro amigo se fue llorando a su habitación por el comentario de su nueva madre. Se fue a rezar a Dios. Al dormir notó que una fuerte brisa le golpeaba la cara. Estaba en un extraño trineo conducido por un enorme gordinflón que vestía de rojo.
-Ahmed, soy Papá Noél-.

-¿Cómo sabes mi nombre?- preguntó extrañado Ahmed-.

-Lo sé todo-respondió Papa Noel-.

-Si lo sabes todo, ¿qué es la Navidad?-.

-La Navidad es un periodo en el que nace Jesús-explicó Papa Noel-.

-¿Pero no tendría que nacer un Jesús cada año?-preguntó Ahmed-.

-Es una metáfora. Es algo simbólico que se siente en el corazón. Como creíste en él, yo te daré la felicidad- dijo Papa Noel mientras miraba a Rudolph, el reno-.
Ahmed se asomó al borde del trineo y divisó miles de monumentos: pirámides, torres de hierro, torres con un reloj. Incluso una muralla larguísima.. Hacía demasiado frío. ¡Estaba en el Polo Norte! Entre la espesa niebla se distinguía una hermosa y enorme fábrica donde se creaba el humo.
-Señor Noel, ¿por qué esa fábrica suelta humo?-preguntó Ahmed-.

-Es para que nadie la conozca, allí es donde hago los regalos para los niños que han sido buenos este año. Mis queridos elfos trabajan sin parar.

El trineo aterrizó a los pies de la fábrica y al entrar y ver todos los elfos, Ahmed se asustó.
-¿No es un duro trabajo?-preguntó Ahmed-.

-Todos. Trabajan por la sonrisa de un niño. Tú incluso tienes un elfo. ¿Quieres que te lo enseñe?-preguntó Papa Noel-.

Todo era nuevo para Ahmed, se le encogió el corazón al ver una habitación de elfos enfermos.
-¿Y esos?-preguntó el chico-.

-Son los elfos de los que no tienen nada- informó con un soplido-.

Sienten lo mismo que la persona a la que representan y por ello, no consiguen trabajar

Al final, consiguió ver a su elfo, pero estaba triste.
-¿Por qué mi elfo está triste?- preguntó angustiado Ahmed-.

-Como he dicho, siente lo mismo que tú-explicó Papa Noel-.

-Tiene razón señor. ¡Quiero volver a mi casa y ser feliz!

-Tienes que hacer lo mismo para volver. Seguir a tu corazón- dijo Papa Noel-.


Ahmed sintió un cosquilleo en su pecho. Despertó y gritó:
-¡AAAAAAAHHH!

-¿Qué pasa hijo mío?- escuchó a su madre- Creo que Santa Claus te ha traído algo.

    • Papa Noel- susurró Ahmed

Corrió al salón y vio debajo del árbol su regalo. Lo desenvolvió y vio un coche y una tarjeta en la que ponía:

No todo es un sueño y que aproveche el desayuno."

Papa Noel.

PD: Tu elfo al fin sonríe.”
 
Iñigo Fernández & Jon Díaz de Otalora


 

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